Desde hace algunos años llamamos «arqueología de la arquitectura» 1 a las experiencias de investigación arqueológica llevadas a cabo en el ámbito de la arquitectura. Aunque este ámbito de experimentación cuenta con antecedentes añejos, ha ido adquiriendo progresivamente un perfil específico durante la década de los ochenta y noventa del pasado siglo.
Como toda práctica joven está siendo objeto, casi permanentemente, de un fecundo proceso de discusión y experimentación que va enriqueciendo de forma constante los primeros enfoques, quizá excesivamente reduccionistas como veremos.
Habiéndose desarrollado inicialmente en la aplicación de las técnicas estratigráficas propias de la arqueología del subsuelo al análisis de la arquitectura histórica, ha ido conformando con el tiempo un corpus metodológico complejo y diversificando también sus ámbitos de actuación, en un proceso no exento de roces y problemas con otras áreas del conocimiento