Al dedicarse este IV Congreso Internacional a la «Arqueología, arte y restauración», me ha tocado a mí, como arqueólogo, redactar parte de esta ponencia, compartida con Juan Ignacio Lasagabaster, arquitecto coordinador del proyecto de restauración. Estamos obligados a señalar, sin embargo, que, junto a nosotros, participan también en la redacción y ejecución del proyecto los arquitectos Leandro Cámara y Pablo Latone, además de otros especialistas y sus respectivos equipos.
Queremos decir con ello que los firmantes de este texto somos miembros de un amplio equipo de carácter interdisciplinar que tiene asumido que la interdisciplinariedad no deriva automáticamente de la suma de disciplinas participando en un mismo proyecto (multidisciplinariedad), sino de la renuncia de cada una de ellas a la permanente reivindicación de lo propio y, en consecuencia, de la incorporación de todas ellas al cumplimiento de unos objetivos previamente consensuados.
Dividiremos esta ponencia en dos partes, independientes una de la otra. En la primera de ellas, trataré de reflexionar sobre la memoria y el patrimonio edificado y, especialmente, sobre los olvidos que jalonan las resignificaciones que hacemos de esta memoria construida. Serán, pues, las «arquitecturas olvidadas» las que ocupen nuestra atención. Estas reflexiones, u otras similares, sólo son posibles en proyectos de restauración en los que «conservación» y «conocimiento» van de la mano y en los que la investigación está no sólo garantizada, sino que constituye la base sobre la que se construye el proceso posterior de intervención en el patrimonio edificado.
Para ello, no obstante, es imprescindible asumir una nueva forma de mirar los proyectos de intervención, radicalmente distinta a la que ha sido predominante durante años. Es en este contexto en el que hay que ubicar la segunda parte de la ponencia en la que Juan Ignacio Lasagabaster, como coordinador de proyectos plurianuales de envergadura, sintetizará las bases conceptuales, metodológicas y operativas de lo que se ha denominado «restauración democrática».