Podemos afirmar, sin temor a equivocamos, que el conocimiento del mundo funerario del periodo de transición entre la antigüedad y el medievo ha conocido, durante las dos últimas décadas. un avance extraordinario. Lamentablemente, tal y como veremos, habrá que convenir también en que este importante avance no ha tenido siempre entre nosotros el eco que todos hubiéramos deseado. Vamos a aprovechar pues, este foro para reflexionar sobre ello, haciendo hincapié, sobre todo, en la evolución de las investigaciones y en la aparición de nuevos enfoques tanto temáticos como metodológicos.
Tras recibir la invitación para participar en este congreso pensé hablar, en un principio, sobre las necrópolis tardoantiguas y los conjuntos de estelas e inscripciones funerarias de época tardoantigua y altomedieval que estamos investigando desde hace más de diez años. La necesaria revisión y actualización bibliográfica que un ejercicio de esta naturaleza exige, hizo sin embargo que cambiara de opinión, inclinándome más por una reflexión crítica sobre el conjunto de estudios efectuados.
Mi intervención tendr, pues, un carácter historiográfico y propositito. Su objetivo ha sido el de contextualizar conceptualmente las investigaciones arqueológicas sobre ámbito Funerario, sujetas en exceso entre nosotros (sobre todo para los siglos VIII en adelante) a criterios todavía excesivamente taxouomistas y descriptivos.
Pido, finalmente, disculpas por prolongar cronológicamente el objeto de mi intervención hacia siglos que quedan quizá excesivamente lejos de los intereses científicos de los asistentes a este congreso. La arqueología, sin embargo, está superando por fortuna los compartimentos estancos en los que ha estado constreñida durante mucho tiempo. Cada vez nos toca trabajar más a todos en contextos pluriestratificados y debemos acostumbramos a conocer las principales líneas interpretativas de momentos históricos diversos.