AZKARATE, A., HERNANDEZ, J.A. and NUÑEZ, J., 1992. Balleneros vascos del siglo XVI. Estudio arqueológico y contexto histórico (Chateau Bay, Labrador, Canadá) Vitoria-Gasteiz: Gobierno Vasco.

A. Azkarate, J. A. Hernández, J. Núñez 1992
Título: Balleneros vascos del siglo XVI. Estudio arqueológico y contexto histórico (Chateau Bay, Labrador, Canadá)
Referencia: ISBN: 84-457-0132-0
Páginas: 1-261
Editorial: Gobierno Vasco

El trabajo que, sobre los balleneros vascos del siglo XVI iniciamos con estas líneas intro-ductorias ha sido realizado básicamente por personas vinculadas al mundo de la arqueología con los resultados obtenidos en dos expediciones arqueológicas al Labrador, llevadas a cabo en 1985 y 1989. Su presentación final en forma de libro, sin embargo, no responde al estilo habitual en el que se acostumbra a publicar las memorias arqueológicas. Y ello no es una casualidad. Los autores de esta obra reflexionamos largamente en su mo-mento sobre un tema de indudable importancia que está siendo ya objeto de discusión en dife-rentes foros y que merecerá todavía más de un debate en un futuro próximo: nos referimos a la edición de las excavaciones arqueológicas. Arduo problema, sin duda, y mucho más trascendente de lo que algunos suponen.

Las publicaciones arqueológicas, en efecto, se han convertido con frecuencia en un ejercicio de vanidad autocomplaciente que busca, quizás en exceso, el aplauso y reconocimiento de un reducido grupo de expertos: se escribe para una minoría en un estilo plagado de tecnicismos, cayendo a veces de forma abusiva, en la tentación de los recursos que ofrece la matemática, la estadística o la informática, llenando páginas con pesados catálogos e inventarios, convirtiendo el resultado de las investigaciones efectuadas en algo prácticamente ininteligible y, desde luego, nada atractivo para los no arqueólogos.

No es, desde luego, fácil lograr un equilibrio justo entre la «memoria arqueológica» y el texto inteligible y ameno. Se habla hoy en día de la necesidad de potenciar en la publicación los aspectos interpretativos, de distinguir los diferentes objetivos de la publicación en función de las exigencias de públicos potencialmente distintos, llevando las eventuales consecuencias a la es-tructura misma de la publicación. Se está tendiendo, en este sentido, a diferenciar el informe previo, por una parte, en el que se resumen Las líneas maestras o las hipótesis de trabajo sobre las que se vertebra la investigación en curso, la documentación generada por una intervención arqueológica, por otra no necesariamente destinada a la publicación y perfectamente archivable en soportes informáticos de consulta libre, y finalmente, la publicación arqueológica entendida como el análisis global que posibilita la síntesis histórica, depurada de tecnicismos y argots es-pecíficos y dirigida no sólo a los arqueólogos, sino a un público más amplio no vinculado nece-sariamente a la arqueología (D. MANACORDA. Lo scavo archeologico tra archivo e publicazio-ne; il dibattito in Italia, lntervention Archaeology lnternational Sessions, San Sebastián, 1991).

El libro que presentamos se orientaría en esta última dirección, potenciada, además, por el deseo de quienes han sufragado el costo de la obra. Los responsables del Gobierno Vasco fue-ron, en este sentido, suficientemente explícitos, temiendo quizá un texto final difícilmente com-patible con los objetivos que perseguían relacionados más con la alta divulgación y las síntesis históricas. El resultado final que aquí se ofrece ha de encuadrarse, por lo tanto, en el contexto de las reflexiones apuntadas hasta el momento.

La obra está dividida en tres partes fundamentales. Se inicia con un análisis historiográfico del tema de los balleneros vascos, siendo ésta la primera vez que se realiza tal intento. Aunque muy probablemente existan lagunas -no en vano todo es perfectible-, se ha procurado recoger lo más significativo de la bibliografía publicada en francés, inglés, castellano y euskara. Se ha optado, también, por un enfoque global de la cuestión teniendo en cuenta tanto la investigación de archivo como la investigación filológica o la producción generada por la investigación arqueológica.
La segunda parte constituye el grueso de la publicación, recogiéndose en ella los resultados sustanciales de nuestra intervención arqueológica en tierras canadienses. Convencidos como es-tamos, sin embargo, de que los arqueólogos somos ante todo historiadores y de que los resul-tados de nuestras investigaciones valen bien poco sin su necesaria contextualización histórica, hemos querido articularlos en un discurso que tenga en cuenta el ciclo completo de la actividad ballenera.

El objétivo fundamental de la expedición de 1985 había sido el de localizar algunos de los puertos mencionados en la documentación del siglo XVI y comprobar su estado de conserva-ción. La de 1989, en cambio, se planteó la conveniencia de conocer en profundidad alguno de los asentamientos vascos en Labrador, su organización interna y su relación con el entorno in-mediato. Ambos objetivos se cumplieron con total éxito. A la hora de publicar sus resultados de forma monográfica, sin embargo, nos parecía que el trabajo quedaba incompleto si no se incardinaba en un contexto más amplio. No nos resultaba suficiente explicar cómo vivieron y organizaron su trabajo los balleneros vascos en las frías costas del Labrador sin tener también en cuenta los pormenores previos al viaje (financiación, acopio de bastimentas, contratación de la tripulación, seguros), la propia travesía, desde la recogida de la marinería en sus Jugares de origen hasta la arribada a los puertos de destino, y la rentabilización de su trabajo una vez fina-lizada la larga y penosa estancia en el continente americano. Es por ello por lo que «La empresa de los balleneros vascos» se articula en varios capítulos complementarios que recogen lo más sustancial de esta importante actividad económica.

La tercera parte constituye, en realidad, un apéndice al tema central del libro. Las interven-ciones arqueológicas llevadas a cabo durante 1985 y 1989 pusieron al descubierto numerosos testimonios materiales que evidenciaban una ocupación ininterrumpida de aquellos inhóspitos lugares tras su abandono definitivo por parte de los balleneros vascos. Testimonios que no po-díamos olvidar en un estudio global, como el presente, sin perder una perspectiva realista sobre la trascendencia de la presencia vasca en estas costas.

Quisiéramos, para terminar, realizar también un par de observaciones puntuales. A lo largo del libro aparecen repartidos varios cuadros perfectamente diferenciables tipográficamente del resto del texto. Su inclusión no responde al capricho ni a la casualidad y han de ser entendidos como información complementaria al discurso central de la obra. Tras el capítulo historiográfico se encuentran dos de ellos describiendo brevemente los pormenores de las expediciones de 1985 y 1989. Un cuadro sobre los vikingos y otro sobre los precursores europeos cierran el capítulo dedicado al viaje de los balleneros vascos, recogiendo brevemente algunas noticias sobre quienes les antecedieron en las travesías por el Atlántico. En el capítulo sobre la temporada de caza nos centramos en el puerto de Chateau Bay, considerado por quienes lo excavamos como «un mo-delo de asentamiento» por sus increíbles condiciones de conservación. No podíamos olvidar, sin embargo, otros dos puertos en los que se intervino también en las expediciones mencionadas. No queriendo mezclar informaciones procedentes de yacimientos diversos, se optó por resumir los trabajos efectuados en Cape Charles y Pleasure Harbour en sendos cuadros, aun a riesgo de dejar demasiadas cosas en el tintero. Para mayores precisiones, el lector interesado habrá de acu-dir a revistas especializadas en un futuro próximo.

Finalmente, en el capítulo dedicado a la co-mercialización, se ha incluido también otro cuadro sobre un tema prácticamente ignorado hasta el presente por la historiografía y que alcanzó, sin embargo, una notable importancia: nos refe-rimos a las barbas de ballena, producto rentable donde los hubo, a juzgar por la información obtenida en la documentación de la época.

La segunda de las observaciones con las que finalizamos esta nota introductoria es casi obli-gada. Quien ojee este libro se apercibirá rápidamente de que la documentación escrita con la que se han complementado las investigaciones arqueológicas es, en su totalidad, guipuzcoana. No quiere decir ello que la actividad ballenera se hubiera practicado preferentemente en este territorio. Ocurre, sencillamente, que sus archivos han sido más y mejor trabajados que otros y los resultados, como es lógico, saltan a la vista. Esperemos que pronto puedan subsanarse estas lagunas para mejor conocimiento de la historia de nuestros antepasados.

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